Andrés Avelino Cáceres Dorregaray, Fue conocido por sus soldados como Taita Cáceres, mientras que los chilenos le apodaron El Brujo de los Andes, debido a que siempre burló las maniobras envolventes planeadas con mucho celo por los generales chilenos, y porque actuaba con tanta fluidez que parecía estar presente en todas partes.
Llevó a los chilenos hasta las alturas para que les dé soroche, disfrazó a llamas de soldados para que su ejército parezca numeroso, colocó herraduras inversas a los caballos para borrar sus rastros. Estos fueron algunos de los “hechizos” con los cuales Cáceres se convirtió en el Brujo de los Andes, y resultó victorioso en las expediciones que en su contra mandara Patricio Lynch. Acaso por esto el héroe ayacuchano haya calado hondo en nuestra sociedad: simboliza el espíritu del peruano, quien, ante la adversidad, responde con ingenio y jamás se deja vencer.
Fue militar político peruano que luchó en la Guerra del Pacífico y fue Presidente Constitucional en dos ocasiones: de 1886 a 1890 y de 1894 a 1895. Hablaba español y quechua, por lo que tuvo gran influencia sobre la población indígena de su país.
Después de la guerra con Chile, incursionó activamente en la política, fundando su propio partido, el Constitucional. Se enfrentó al presidente Miguel Iglesias, quien había firmado el tratado de paz con Chile con cesión territorial, desatándose una guerra civil. Una vez más, Cáceres demostró su estrategia militar al poner fuera de juego al ejército principal de Iglesias en la localidad de Huaripampa (sierra central peruana), acción que se conoce como la “huaripampeada” (1884).
Fecha de Nacimiento:
Según investigaciones de Jorge Guillermo Leguía, nació el 4 de febrero de 1833 y no el 10 de noviembre de 1836, como tradicionalmente se había venido afirmando. No obstante, todavía algunos sostienen esta última fecha, habida cuenta que durante las dos presidencias de Cáceres fue siempre celebrada como la fecha de su onomástico, lo que se abonaba aún más por ser el día de San Andrés Avelino, pues presumiblemente su nombre fue escogido del santoral. Aunque otras fuentes aseguran que el segundo nombre del héroe era Alfredo. Nombre que no se encuentra en ningún registro oficial.
Sus padres fueron Domingo Cáceres y Oré, hacendado de Ayacucho, y Justa Dorregaray Cueva, hija del coronel español Demetrio Dorregaray. Por la línea materna estaba emparentado con Catalina Huanca (1543-1637), princesa inca-huanca.
En 1868, el recio soldado decidió volver a Ayacucho y dejar el rudo servicio de las armas para coger el arado y cosechar la tierra. Es por esos años que, ya con el rango de teniente coronel conoce a la joven iqueña Antonia Moreno Leyva, con quien contrae matrimonio en 1870 y son padres de tres hijas: Aurora (con los años escritora), Rosa Amelia y Lucila Hortensia Cáceres Moreno.
La paz del agro ayacuchano y las mieles del matrimonio, sin embargo, no apartarían definitivamente a Cáceres de su vocación militar, pues retornaría al servicio activo en 1872.
¿Cómo era?
Cáceres era alto, delgado, ancho de hombros, de aspecto imponente, de rostro enjuto y blanco, ojos grises y casi negros y una permanente cicatriz en el párpado derecho, cabello castaño, largo, poblado y entrecano y espesas patillas «a la austriaca», pues se afeitaba la barba desde el labio inferior hasta la garganta. Para la guerra en el interior tenía extraordinarias condiciones. Su salud robusta, lograba soportar las incesantes marchas a través de largas distancias por cordilleras, desiertos, quebradas y barrancos, así como las peores privaciones, y por ella llegó a veces a alimentarse con la más extrema frugalidad. Incansable en su actividad, valiente en la lucha, eficaz en el comando, tenaz ante el infortunio, luchó con los chilenos y también con la escasez de recursos, con los rigores de la naturaleza, con la saña de las facciones políticas, no sólo en guerra declarada como primero ocurriera con tropas de García Calderón, luego de Piérola, y por último, de Iglesias, sino también en hostilidad aleve, como en el caso de los políticos de Arequipa. Conocía el idioma indígena y con él sabía inspirar devoción y coraje a sus soldados. Solían llevar ellos los sombreros o kepis con funda encarnada y cubrenuca blanca, origen del famoso kepí rojo, más tarde cantado por el poeta Ricardo Rossel.
La palabra de Castilla
El joven Andrés Avelino Cáceres se enroló en 1854, para combatir en las filas liberales de Castilla contra el presidente Rufino Echenique, cuyo gobierno era repudiado por el despilfarro y la corrupción con los recursos públicos.
Castilla, con su peculiar estilo, le vaticinaría un carrera militar exitosa, como recordaría el propio Cáceres en su ancianidad. Echenique sería derrotado en la sangrienta Batalla de Las Palmas, el bautizo de fuego del futuro Brujo de los Andes.
Fuentes:
http://larepublica.pe/30-10-2014/libro-rescata-figura-y-gesta-del-brujo-de-los-andes
https://es.wikipedia.org/wiki/Andr%C3%A9s_Avelino_C%C3%A1ceres
http://larazon.pe/especial/35434-caceres-el-brujo-de-los-andes-derroto-4-veces-al-ejercito-de-chile.html/